miércoles, 8 de marzo de 2017

Como zíngaros del espectáculo

Nos dirigimos hacia el pueblo de Aldeatejada, a unos 3 Km de Salamanca. Hemos quedado con el párroco de la localidad en una de las calles adyacentes al internado. Cargados con los instrumentos musicales que consideramos imprescindibles para amenizar una misa de pueblo, nos encaminamos al lugar de la cita con la caras soñolientas y los signos resacosos de quienes el sábado han trasnochado. Formamos una cuadrilla de titiriteros explorando las calles semidesiertas, con sus bártulos a la espalda, en una reluciente mañana de domingo. De cuando en cuando, nos detenemos para asegurar algún acorde de guitarra que en el ensayo del día anterior han quedado impreciso. Algunos componentes del grupo aprovechábamos estos incisos en el camino, para armonizar y aclarar nuestras voces con canciones de nuestro repertorio. Varios vecinos se asoman a la ventana convencidos de que se trata de una tropa de cíngaros que realizan la ancestral actuación callejera con la exhibición del equilibrismo de una cabra.
El cura nos espera con su funcional SEAT 850 en el que apuradamente introducimos los instrumentos y nos sentamos apretujados para realizar el corto viaje que nos traslada desde Salamanca hasta la entrada del templo de Aldeatejada.
En el pueblo, Macu se ajusta el corpiño con la agitación que le produce la novedad de ese día festivo. Se atavía con las galas propias de las festividades significativas, solemnidades que en los pueblos castellanos tienen destacado arraigo desde tiempos inmemoriales. Con movimientos sutiles y precisos se aplica un ligero maquillaje resaltando, con un retoque de rímel, sus ojos rasgados. Se calza sus zapatos de mediano tacón y se dirige decidida hacia la plazoleta donde se ubica la iglesia. Otras jovencitas esperan en el lugar señalado, formando un corro y regocijadas en animada charla. La llegada de Macu origina un momento de exaltación y algarabía. Todas manifiestan la extraordinaria impresión que le ha causado el atractivo atuendo con la que se ha engalanado.
Llega el vehículo del párroco. Expectantes, el grupo de jovencitas dirigen sus miradas escrutadoras sobre los chicos que descienden de él. Pasan una rápida revista y Macu expresa con un mohín de desilusión que los mancebos llegados no satisfacen sus expectativas. Otras sin embargo, consideran, que sin ser nada especiales, los forasteros reúnen el atractivo de lo desconocido. Y puestos a comparar con los pares del pueblo, tienen el beneficio de lo que resulta apetecible por extraño o inusual. Además se nota en sus movimientos y poses que van para artistas. Y es que en lo tocante a la libido, lo desconocido remarca más que cualquier otro objeto del deseo, si éste es familiar, demasiado vecino o se confronta habitualmente en los trajines de lo cotidiano.
A los que bajamos del bólido del cura, el encuentro nos produce una gran satisfacción. Nos sentimos adulados por aquellas miradas indagadoras que provienen de las chicas. Admiramos con deleite el florido colorido de las zagalas iluminadas con atractivas vestimentas. Algunos, enamoradizos de primer vuelo, quedamos seducidos por el cuerpo esplendoroso o una mirada furtiva que nos hace vibrar como una sacudida gozosa.

Significó el principio de tantos y tantos encuentros y desencuentros... Fue el primer hito de una historia que se prolongaría durante años y años. Años de ilusiones, momentos irrepetibles que forjaron amistades, amores, idilios, sinsabores... El azúcar y la sal, el sabor agridulce, la frescura del deleite y el amargor de tragos no deseados. Entrañó la cristalización, localizada en un espacio y un tiempo, de los vaivenes, sentimientos turbulentos y antagónicos de una adolescencia y juventud que se disparaba anhelante e inconformista. Tromba de energía que se dieron cita en torno a un proyecto, un grupo musical que atrajo en su entorno a una variada gama de jóvenes que se adherían al espectáculo y que se vinculaban con lazos de amistad y afectos entrañables.

1 comentario:

(Continuación) La aventura del viaje a Normandía.

En realidad, todo este viaje estuvo envuelto en situaciones paradójicas y alucinantes. Nada más llegar a la ciudad de Cannes, en el hotel ...